lunes, 21 de octubre de 2013

Hacia Dakar a bordo del Sierra Espuña

 Mnr. José María García  Lahiguera



En 1968 Mnr. José María García Lahiguera (1964-1969) Obispo de Huelva es nombrado Obispo Promotor del AM en España y  en 1969 Arzobispo de Valencia  Por entonces D. José Ignacio Palacio era Director Nacional  del Apostolado del mar  en España

       Ya queda dicho cómo don Pedro Cantero dedicó una especialísima atención a los problemas pastorales de los hombres de la mar, instituyendo el Apostolado del Mar en la diócesis. García Lahiguera no sólo asumió con plena responsabilidad aquellas líneas pastorales, sino que se vio aún más comprometido al ser nombrado Promotor o Director nacional del Apostolado del Mar.

       Stella Maris se convirtió en el centro de la vida de los hombres del mar de Huelva, tanto de la actividad ordinaria del club y de la escuela náutico pesquera, como de los problemas puntuales o de fondo que les afectaba. El naufragio del pesquero Trincher, que conmocionó a toda la ciudad, tuvo en Stella Maris el lugar más idóneo para instalar la capilla ardiente, siendo oficiados por el prelado los oficios de exequias, el 1 de febrero.

       Siguiendo las sugerencias del equipo sacerdotal que dirigían brillantemente el apostolado del mar en los puertos de las provincia, Huelva, Lepe, Isla Cristina, Ayamonte, emprendió un viaje a Dakar en el pesquero Sierra Espuña, como un gesto profético. El obispo, viviendo en un estrecho camarote y compartiendo sus mismas condiciones de vida, hizo patente la preocupación del Pastor por los problemas humanos y religiosos de la sufrida gente del mar. El viaje duró desde el 26 de febrero hasta el 9 de marzo de 1968, y le acompañaron Ignacio Palacios, entonces director de Stella Maris, y José López Boza.
SIERRA ESPUÑA

         El 19 de abril era nombrado Promotor del Apostolado del Mar en España. El 4 de junio de 1968 dirigió una exhortación pastoral en la que se hacía eco de los profundos cambios técnicos en el mundo de la pesca, que permite una mayor autonomía a los barcos, pero que afecta a la vida familiar de los marineros por sus prolongadas ausencias, y que no siempre supone mejoras en las condiciones de los contratos y en las condiciones de trabajo a bordo. Proclamaba que todo progreso técnico debe ir acompañado del progreso social y humano.

       El segundo viaje lo realizó a los lejanos caladeros de Terranova, en este caso como Promotor nacional del Apostolado del Mar, y en avión. Fueron 13 días, desde el 15 al 28 de abril de 1969. En aquella ocasión pudo compartir en directo la tragedia del accidente del bacaladero Sierra López, en el que perdieron la vida dos marineros y otro resultó herido. En una exhortación pastoral, fechada en Saint Pierre (Terranova), el 23 de abril de 1969, describía como testigo presencial las deficientes condiciones de vida y de trabajo de los pescadores destacados en Terranova y la lamentable situación psicológica y social, para terminar con un angustioso llamamiento a todos los que podían y debían mejorarlas.

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