CIUDAD DEL VATICANO, viernes 9
noviembre 2012 (ZENIT.org).- El
cardenal Antonio Maria Vegliò, presidente del Pontificio Consejo de la Pastoral
para los Emigrantes e Itinerantes y el padre Gabriele Ferdinando Bentoglio CS,
subsecretario del mismo dicasterio, presentaron en la Oficina de Prensa de la
Santa Sede el XXIII Congreso del Apostolado del Mar con el tema "Nueva evangelización
en el mundo marítimo". El encuentro tendrá lugar en el Aula nueva del
Sínodo en el Vaticano, del 19 al 23 de noviembre. Contará con la asistencia de
410 personas procedentes de 71 países de los cinco continentes.
“El Sínodo de los Obispos y el
Año de la Fe son un reto para los capellanes y los voluntarios del Apostolado
del Mar que se reunirán en este congreso para buscar respuestas pastorales
adecuadas a los problemas de las gentes del mar”, dijo el cardenal Veglió.

La comunidad internacional ha
afrontado estas situaciones adoptando la Convención sobre el Trabajo Marítimo
(2006) que “establece los requisitos mínimos, en todos los aspectos, de las
condiciones de trabajo de los marineros embarcados en las naves mercantiles
considerada como “la carta de de los derechos de la gente del mar”.
Para finalizar su intervención,
el cardenal Veglió añadió: “el Apostolado del Mar, a través de sus voluntarios
y capellanes se ha preocupado siempre por los pescadores y sus familias. No hay
estadísticas precisas sobre los incidentes que afectan a las personas de este
sector laboral, pero muchas organizaciones internacionales sostienen que la
pesca es una de las profesiones más peligrosas del mundo. No hay que olvidar
que, además de la pesca reglamentada, existe la pesca ilegal, no declarada y no
disciplinada que a menudo lleva aparejado el tráfico de personas y el trabajo
forzoso”.

La segunda jornada se hablará de
las relaciones eficaces con la industria marítima a cargo del secretario
general de la International Transport Workers Federation, que agrupa a 708
sindicatos en representación de más de cinco millones de trabajadores de todos
los sectores del transporte; más de la mitad de los marineros de todo el mundo.
Ese organismo comparte con el Apostolado del Mar tres objetivos: “mejorar la
vida de la gente del mar; garantizar servicios de primera asistencia y
responder a las necesidades espirituales y materiales de los marineros”.
En la tercera jornada los
protagonistas serán los pescadores. El Apostolado del Mar pedirá la
ratificación de la Convención sobre el Trabajo en el sector de la pesca que
atañe a 38 millones de personas.
El cuarto día del Congreso
analizará la piratería marítima, un fenómeno que se extiende, sobre todo, en el
océano Índico y las aguas adyacentes al Cuerno de África, aunque afecta también
a las costas de África Occidental, a Sudamérica y al Caribe. “Es un crimen
difícil de afrontar que suscita gran preocupación, ante todo, por el incremento
de la violencia en la gestión de los rehenes, el prolongarse de la detención y
la capacidad de resistencia en la gestión de los secuestros”. Ese mismo día se
hablará también de los cruceros, un sector en aumento en el mundo marítimo.
Para finalizar, el congreso
tratará el tema del envío en misión, centrándose en “la colaboración ecuménica
con otras denominaciones cristianas en los puertos del mundo, sin dejar de
lado, cuando sea posible, una cooperación interreligiosa”.
Se presentarán también dos
iniciativas importantes para la tutela de la gente del mar: el Seafarers Rights
International (SRI) que conjuga las competencias de la industria y del mundo
jurídico para “promover los derechos y la tutela legal de los marineros” y la
Maritime Humanitarian Piracy Response (MHPR) para “ayudar a los marineros y sus
familias en caso de incidentes traumáticos causados por el ataque de los
piratas”.
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