DIOS
ES FELICIDAD
22 de junio 2010
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Mi reflexión de hoy
la describo desde el díálogo que sigue suscitando la reflexión anterior
(Buscar) y que emerge mientras voy de camino.
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Quedan interrogantes en esa reflexión y aparecen como
necesidad de una respuesta. No la
apuras, pero no dejas de estar
interpelado
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Mantenía aquel monólogo, mientras me llegaba con el
alba, a la capilla para el rezo de laudes y la eucaristía, y me decía que la
búsqueda parece exigir, que se tenga
conciencia de algo que has perdido. Hasta tal punto es así que, incluso, si hubieras olvidado aquello que tuviste, es como si no hubiera existido, y ya no le
buscas. En este caso la necesidad de
felicidad pudiera estar en esa
conciencia de algo que hubieras perdido
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Pudiera suceder, me dije también, que no sabes porque
buscas, aunque si sabes lo que es: la felicidad. Todo nuestro ser echa en falta
ese estado de armonía interior que llamamos felicidad y que genera paz y
alegría
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Fue hoy, en la lectura breve de los laudes, cuando el
texto, al referirse al hombre, le gritaba “Oid sedientos…”,(Is 55,1) Aquello introdujo una afirmación y otro interrogante:
tenemos sed porque gran parte de nuestro cuerpo es agua. Entonces, me dije, el
deseo de felicidad tendría que responder a un déficit de algo que conforma mi persona, mi identidad, la esencia humana,...
¡mi alma! Casi grité
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Me estremezco
con la respuesta que percibo, pues me recuerda lo que se nos ha
dicho acerca de la identidad Divina que conforma nuestra alma humana: HECHOS A
IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS
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Llega también a mi memoria el encuentro de Jesús con la samaritana a la que le dice “ si bebieras del agua que
yo te diera nunca más tendrías sed”. Y es que EL ALMA tiene sed de
Dios
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Y ya te arrolla y abruma la verdad que te está
llegando, que ya palpas: Dios es
FELICIDAD. AL HOMBRE LE FALTA DIOS ,única VERDAD Esta es la clave del problema,
de la tragedia humana. Es verdad que no descubrimos nada nuevo para el
creyente, pues no hace sino corroborar su experiencia, pero me complace poder
argumentarlo, constatarlo, explicitarlo, razonarlo
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Entonces entiendes porqué el hombre que se encuentra
con Dios siente alegría, paz, conoce la Felicidad, lo que está avalado por múltiples
experiencias. Porqué el hombre que experimenta
la Presencia se libera del tiempo y ya entra /vive de
eternidad. Porqué el ser humano que se
sabe conocido( la propia samaritana comparte con el resto de los vecinos el
gozo de saberse conocida), que descubre el amor, ya lo tiene todo, comparte su
alegría y se desprende de las cosas
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Te dices en
conclusión, que la carencia de felicidad que el hombre experimenta ya está, en consecuencia, descubriéndonos la
existencia del alma, la existencia de Dios desde algo que es esencial
para el hombre, y que conforma su vida, razón de su existencia: la FELICIDAD, que sólo en
EL podemos encontrar, pues Dios es, desde la experiencia que nos ha regalado,
la fuente de todo ello
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Esa felicidad
que ya experimentamos cuando
somos conocidos, AMADOS, se hace plena en su Presencia : 1ª Cr 13,13 “Ahora
sólo conozco en parte pero entonces le
conoceré como El me conoce a mi”
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No nos queda más que dar gracias a Dios pues alimenta la razón con lo que El mismo
nos creó( dotados de pensamiento) ayudándonos a creer y a crecer en el Amor, en
la medida que le escuchamos y somos
fieles
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