La ley para servir al hombre, no al revés
Los hechos y
circunstancias que han rodeado la
situación de la tripulación del Muezzinoglu, nos descubre la fragilidad actual
del bienestar del marino y explican el motivo de las últimas campañas de la Organización Marítima
Internacional ( OMI.) a favor de la
gente de la mar (2010 Año del marino ) Destacamos entre otras, en este caso, el hecho de no recibir sus salarios en varios meses; sin poder bajar
del barco en mucho tiempo; con el desasosiego , intranquilidad y frustración de
una espera de atraque en un puerto
durante 19 días no consumada; con la desaparición en la práctica del armador; sin medios para
comunicar con la familia que sufre igualmente
las consecuencias de todo ello; experimentando la precariedad de alimentos
y de agua; llegando incluso a
quedar sin combustible, expuestos a la deriva y
necesitando en consecuencia ser remolcados.
Extranjeros, desconocedores del lugar y
del idioma, sin un servicio administrativo que les gestione sus necesidades y
les represente Estas otras circunstancias sumadas a las anteriores evidencian
la condición de victimas que
reclama la solidaridad de todos, especialmente de las autoridades.
Se hace muy difícil entender que ante los hechos descritos, se haya podido aplicar el rigor de la ley, que justificada quizá para otras situaciones, no responde ni escucha una realidad humana distinta, necesitada de atención y del servicio de una sociedad que tiene que estar abierta, admirada y reconocida a los trabajadores de la mar, a quienes debemos el bienestar de cuantos vivimos en tierra, desde la más alta autoridad hasta el ciudadano más sencillo. En este sentido conviene recordar el informe de OMI que refiere que más del 90% del comercio internacional se mueve por el mar…con todos los riesgos que contiene esta actividad.
Durante dos semanas han conocido, sin cometer
otro delito que el haber sido abandonados, algo muy parecido a un
arresto domiciliario, cuando tenían que haber experimentado la mejor atención y ayuda humanitaria que exigía las circunstancias.
Lo marinos del Muezzinoglu, víctimas de unos hechos que les situaron próximos a la
deriva, han sido salvados de la mar para
después ser arrestados en tierra, no permitíéndoseles salir de a bordo (
¿donde el derecho de los marinos en
puerto?.¿Y los deberes y derechos del Capitán? ) lo que se traduce en una tremenda contradicción que
no lo soporta la lógica humana, en una
sociedad avanzada, con medios modernos para este menester y entrenada en el
seguimiento de millones de personas que nos visitan. ¿Sucede lo mismo con los
que vienen en embarcaciones deportivas o
recreativas necesitados de ser salvados?
Mañana, nuestros hijos que han escogido la mar como profesíón, podrán sufrir, siguiendo el
mismo criterio legal, igual tratamiento en cualquier otro puerto del mundo
¿Cómo lo veríamos?
La ley tiene una letra y un espíritu
que la ha generado. Muchas veces
nos quedamos con la primera y
pocas escuchamos su esencia, que es la que ,en su aplicación, ha de
enmarcar las distintas circunstancias, la que ha de guiarnos en las dudas muy propias de la condición
humana y en el cambio permanente de la realidad cotidiana. Suena muy fuerte, en este caso, aquella afirmación de Jesús de
Nazaret( en otro marco de la convivencia ) de que el hombre no se ha hecho para
la ley sino al revés.
No quiero acabar sin reconocer la actitud de quienes cumplían con el deber de la custodia del barco que sufrían como nadie, al tener que atender lo dispuesto por la ley, mientras el
corazón estaba con el sabor amargo de
los trabajadores del mar que no podían
siquiera pisar el muelle
La esperanza que abrigábamos de una rápida repatriación, al no ser este un
buque de bandera de conveniencia, se ha visto confirmada con la salida el
próximo domingo de siete tripulantes, gracias a la gestión de la Embajada de Turquía
en España y de la Cónsul
honoraria en Tenerife Dª Nihal Yigi, quien en todo momento ha estado
cerca de sus compatriotas
Juan Esteban
Pérez Rodríguez
Stella Maris de
Tenerife
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