EXPERIENCIAS II
Visita de barcos
Visita de barcos
Edfym Junior
Son las ocho de
la tarde y ya es noche cerrada. Acabo de acercar a Alex y a Dimitris, marinos
rusos del Wilson, al Stella Maris; allí les he dejado atendidos por Antonio
Pintor que hoy está en la acogida.
He vuelto
al dique del Este que dista 4,5 Kms del Stella Maris. Aparco al costado
de un barco granelero que está atracado
al final del muelle exterior de la Dársena del Este. No hay movimiento en el muelle
ni a bordo. El barco está descargado
pues casi asoma la hélice fuera del agua.. Por la letra utilizada en el nombre del buque que leemos en la popa, parece cirílico ruso; después
supe que era griego. El nombre no sabría transcribirlo, tampoco el del estado
de la bandera, que a esta hora no está
arbolada. Mas tarde al marchar lo ví en
la proa por el costado de babor escrito en el abecedario latino. Edfym Junior
Recojo la
información para barcos extranjeros y
subo a bordo. ¡Stella Maris ! Voceo mientras
subo la escala real..Hay silencio
roto solo por el ruido de los motores de los generadores eléctricos
¡Stella Maris ¡ Vuelvo anunciar .
Aparece el marinero de guardia. Esperaba
ver a un ruso y me encuentro alguien mas
parecido a un hindú, indonesio o de Sri Lanca. Pregunto su nombre después de presentarme. Se llama Ernesto y es
filipino Entablamos conversación sobre
temas propios del momento
La mayor parte
de la tripulación es de esta
nacionalidad, doce en total; el resto hasta dieciocho son griegos. Tienen una
inspección. Después de interesarnos por detalles del viaje le ofrezco la información que llevo. Le
insisto en el boletín Farola
del Año del Marino que le ruego entregue en mano al Capitán y al Jefe de
Máquinas .Describirle el contenido de la
portada es una enorme satisfacción
pues recoge el manifiesto de
reconocimiento y agradecimiento por el trabajo de los marinos firmadas por
las autoridades e instituciones marítimas de la Isla, y donde también expresan su solidaridad por
las justas reivindicaciones que exige su actual situación socio laboral.
Como puedes
imaginar, me esfuerzo en hacerme entender
con mi escuálido inglés. Surge el
afecto, un sentimiento de cercanía.¡ Entrega la Farola al Capitán y al
Jefe de Maquinas!, le recuerdo al
despedirme. Cuando inicio la bajada de la escala real, escucho en perfecto
castellano ¡Vaya con Dios! Aunque fuera lo poco que supiera decir en nuestro
idioma, aún los filipinos saben
referir el contenido del adios. Buenas noches
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