Mensaje
para
la XXV Asamblea Nacional
del Apostolado del Mar de España
Diócesis de Huelva, 23 - 26 octubre 2013
Excelencias
Reverendísimas,
Estimados miembros del Apostolado del Mar (AM)
español,
Por medio
de mis representantes, el padre Bruno Ciceri y la señora Antonella Fariña, deseo haceros
llegar mis más calurosos saludos. Hubiera querido estar entre vosotros para
compartir estos días de reflexión, pero compromisos improrrogables me retienen en Roma.
Deseo que
vuestro estar juntos refuerce vuestra dedicación y compromiso a favor de la
gente del mar. Espero que vuestra reflexión común pueda trazar "la
ruta" futura para el AM de vuestro país, y que este mensaje mío sea
signo de comunión y de la unión de ideas e intenciones con todos los otros AM
dispersos por el mondo.
Nuestra historia
La
solicitud por la gente del mar por parte de la Iglesia siempre ha existido. En
el siglo XIX encontramos informaciones respecto a diversas organizaciones
católicas que ofrecían asistencia en algunos puertos de Estados Unidos, Irlanda
e Inglaterra, mientras que en Italia los misioneros del obispo de Piacenza,
Mons. Juan Bautista Scalabrini, acompañaban los miles de
emigrantes que buscaban un futuro mejor en el norte y en el sur de América,
embarcándose con ellos y asistiéndolos durante la travesía.
Pero no fue
hasta octubre de 1920 que Peter F. Anson, un converso de la Iglesia Anglicana,
Arthur Gannon y el Hno. Daniel Shields S.J., inspirándose en el Apostolado de
la Oración, dieron vida a la organización del Apostolado del Mar para "mostrar
a Cristo a aquellos que navegan a bordo de las naves, y que trabajan en aguas
profundas, con el objetivo de llevarlos a un mayor conocimiento de Cristo y de
su Iglesia". El logotipo era el mismo que nosotros todavía usamos
actualmente, después de más de noventa años: un ancla entrelazada con un
salvavidas y con el Sagrado Corazón de Jesús en el centro.
Dos años
más tarde fueron presentadas a la Santa Sede para su aprobación oficial las
Constituciones en las que se establece el objetivo de este neonato Apostolado, el "promover
el desarrollo espiritual, moral y social de los marinos". El 17 de abril de 1922, el Papa
Pío XI, con una carta firmada por el entonces Secretario de Estado, el cardenal
Gasparri, manifiesta su aprobación y aliento con la certeza de que una empresa
tal noble se extendería a lo largo de las costas de los dos hemisferios.
En 1942 Pío XII pone el Apostolado del Mar bajo la
alta dirección de la Sagrada Congregación Consistorial mientras que en 1953 el
Secretariado Internacional que coordinaba las actividades del Apostolado fue
transferido de Londres a Roma. En 1958 fueron promulgadas las nuevas leyes y
Constituciones del Apostolado del Mar y en el 1988, con la
Constitución apostólica Pastor Bonus, se establece que el Pontificio Consejo para la Pastoral
de los Emigrantes e Itinerantes "fomenta [...] en las mismas Iglesias la solicitud pastoral en favor
de los marinos, tanto en el mar como en los puertos, sobre todo por medio de la
Obra del Apostolado del Mar, cuya alta dirección ejerce" (art. 150 § 2).
Finalmente
el beato Juan Pablo II, con la Carta apostólica en forma de Motu Proprio Stella
Maris, actualiza las normas establecidas por el Papa Pablo VI en 1970, de modo que este
Apostolado pueda responder de forma adecuada a las nuevas exigencias para una
pastoral específica en el mundo marítimo.
El mundo marítimo hoy
El
advenimiento del sistema económico globalizado ha provocado profundos cambios
en el mundo marítimo. Las tripulaciones algunas veces reducidas en número y de
diferentes nacionalidades se ven obligadas a asumir trabajo adicional y corren
el riesgo de ser penalizadas en caso de accidente, por no hablar de la
explotación, el impago de los salarios, el abandono de los barcos y la
piratería. Con el fin de acoger naves cada vez más grandes (cada uno
de los tres últimos barcos de la Maerks puede llevar 18.270 contenedores y el Allure
ofthe Seas tiene capacidad para unos 6.300 pasajeros y una tripulación de
unos 2.400), los terminales se construyen lejos de la ciudad y la alta
tecnología de carga y descarga ha acortado la permanencia en el puerto,
agravada después del 11 de septiembre por el protocolo de seguridad (ISPS), que
hace que sea cada vez más difícil el acceso al puerto y el contacto con los
marineros.
El Apostolado del Mar hoy
Una
pregunta simple y complicada, fácil y difícil de responder al mismo tiempo. Si
sólo miramos hacia atrás, al Congreso mundial que se celebró en elVaticano en
noviembre del año pasado, podemos decir que se trata de un Apostolado vivo y
actual, de dimensiones universales, como han representado los más de 420
delegados de unos 70 países de todo el mundo. Pero si después miramos con
atención en los distintos países, encontramos realidades constituidas por
pequeños grupos de voluntarios que trabajan a menudo enfrentándose no sólo con
grandes dificultades de tipo económico, sino también estructurales de relación
con las diversas autoridades en el puerto, de acceso a la zona portuaria y de contacto directo con
los marineros.
Como en los
inicios del Apostolado, nuestros capellanes y voluntarios siguen desarrollando el
mismo trabajo. La visita a los barcos es una herramienta esencial para entrar
en contacto con los marineros, y para conocer sus necesidades materiales y
espirituales. La acogida en los Centros les ofrece "un hogar lejos del
hogar", la posibilidad de ponerse en contacto con sus seres queridos así
como un lugar tranquilo para rezar a su Dios.
En cada
país, el Obispo promotor y del Director nacional tienen el compromiso de
"promover la Obra del Apostolado del Mar" sensibilizando a los
obispos de las diócesis así llamadas "marítimas" para que amplíen los
límites de las parroquias, hasta llegar a incluir a los trabajadores del puerto
y a los marineros. Los párrocos deben educar a los fieles a ampliar sus
corazones para acogerles y hacer visible, a través de ellos, el amor de Cristo
y la preocupación de la Iglesia por su situación. Los capellanes y voluntarios
no actúan individualmente, sino en comunión con la Iglesia que los envía a ser signo vivo
de su presencia.
El futuro del mundo marítimo
En los
próximos años las rutas navales, condicionadas por diversos factores, seguirán
mutando y marcarán, en muchos países, el desarrollo o el abandono de
determinados puertos. La conclusión del desdoblamiento del canal de Panamá,
prevista para el próximo año, facilitará el paso de las Panamax entre los dos
océanos, pero también tendrá que competir con el paso del noroeste que, por el
deshielo provocado a causa del calentamiento global, se está convirtiendo en
una ruta cada vez más accesible, y ciertamente más breve, entre Europa y el
Lejano Oriente. La piratería "globalizada" en todas las regiones del
mundo limitará el uso de ciertas rutas. La situación de los países africanos
políticamente inestables que bordean el Mediterráneo llevará a encontrar nuevas
vías de travesía. Asia, y especialmente China, seguirá siendo el centro
neurálgico de producción de bienes de consumo que deben ser exportados a todo
el mundo. La mayoría de las tripulaciones seguirán proviniendo de los países en
vías de desarrollo y muchos barcos seguirán siendo registrados bajo banderas de
conveniencia.
Nosotros,
como Apostolado del Mar, valoramos la entrada en vigor, el pasado 23 de agosto,
del Convenio sobre el trabajo marítimo 2006, que ofrecenuevas perspectivas para
una mejora estructural de las condiciones de trabajo y de vida a bordo de las
naves. Somos conscientes de que será necesario mucho compromiso por parte de
los países signatarios para aplicar los principios establecidos en la
Convención. Junto con otras organizaciones que están involucradas en el
bienestar de los marítimos, debemos estar vigilantes y atentos a su aplicación
práctica.
El futuro de la pastoral marítima
Observando
la realidad de la Iglesia actual y teniendo en cuenta que el número de
sacerdotes y consagrados que participan directamente en el AM está en decadencia es
necesario pensar en formas diversas de dar continuidad al Apostolado.
Reconociendo y redescubriendo el papel fundamental desempeñado por los laicos
en el desarrollo de esta pastoral debemos involucrar a un mayor número de laicos
dotados de cualificaciones específicas (médicos, administradores, abogados, asesores,
conductores, etc.) que con generosidad y compromiso se dediquen a este
ministerio. A los sacerdotes se reserva la tarea, con la ayuda del Manual para
capellanes y agentes pastorales del Apostolado del Mar, de educar, formar y apoyar espiritualmente
a estas personas y proveer el ministerio sacramental a bordo cuando sea
solicitado.
Ya que
nuestro futuro lo construimos hoy debemos comenzar a mirar hacia adelante. Sea como AM
Internacional que como AM de España aparece improrrogable realizar una planificación global y
concreta del desarrollo del AM para los próximos años. La apertura y el cierre
de centros en España no puede ser dictaminados sólo por la disponibilidad
financiera, por la buena voluntad de la gente, sino que deberán ser coordinados
y desarrollados a nivel nacional, teniendo en cuenta las decisiones políticas y
económicas de desarrollo marítimo realizadas por vuestro gobierno.
Es
necesario, por tanto, empezar a preguntarnos ahora: ¿cuáles serán los puertos
que se desarrollarán y cuáles los que serán cerrados?, ¿dónde debemos
concentrar nuestros esfuerzos para asegurar servicios adecuados a los marineros
de los barcos que atracarán en los puertos españoles?, ¿dónde es necesario
invertir en términos de instalaciones y de personas para no encontrarnos
desprevenidos y separados de nuevos desarrollos portuarios?
Soy consciente que para hacer esto es indispensable
colaborar con todas las autoridades competentes en los puertos de modo que
hagan todo lo posible para facilitar cuanto se indica en la regla 4.4 del
Convenio: asegurar que la gente de mar empleada a bordo de buques tenga acceso a
instalaciones y servicios en tierra que protejan su salud y su bienestar,
Los pescadores
Concluyendo
este mensaje, no puedo olvidar a los pescadores, quienes a menudo son llamados
"los marineros olvidados". Las larguísimas horas de trabajo, el
esfuerzo, los peligros del mar hacen su trabajo y su vida arriesgada y
problemática. La imposición de cuotas por parte de la Comunidad Europea, el
alto costo del combustible, la explotación salvaje de los recursos pesqueros, la
contaminación y la pesca ilegal representan una amenaza para la
subsistencia de muchas familias.
Dentro del
AM, muchos de nuestros capellanes y voluntarios comparten los problemas y las
dificultades cotidianas de las familias de los pescadores que por su estilo de vida
requieren una asistencia y un acompañamiento especial.
Lamentablemente tenemos que reconocer, aunque
realmente hacemos mucho a nivel práctico y a pesar de que existe el Comité
Internacional de la Pesca (organizado hace más de diez años bajo los auspicios
del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes), que
todavía no hemos conseguido destacar en este sector.
El mundo
de los pescadores está fragmentado y cada continente presenta problemas
diferentes entre sí, aunque parcialmente similares. Sólo con la creación de una
red de Centros AM directamente implicados en la atención pastoral de los
pescadores y de sus familias, se podría desarrollar una estrategia común para
reunir datos y estadísticas importantes para apoyar su causa.
Algo ya se
puede comenzar a hacer. Ahora que el Convenio sobre el trabajo marítimo ha
entrado en vigor deberían comenzar a concentrarse nuestros esfuerzos con el fin
de sensibilizar y presionar a los diversos gobiernos a ratificar también el Convenio 188 de la
OIT como una herramienta para la promoción del "trabajo digno" en el
sector de la pesca. Sólo con la entrada en vigor de este Convenio será posible,
en todo el mundo y en el Mediterráneo en particular, garantizar el respeto de
los derechos mínimos a nivel económico, social y de seguridad a todos los trabajadores de la pesca y
garantizarles unas condiciones de trabajo sostenibles.
Conclusión
Concluyendo
deseo agradecer a cada uno de vosotros y a todos los capellanes y voluntarios
del AM español. La misión que desarrolláis es sumamente importante. No sentiros
nunca solos. Sois parte de un gran Apostolado y sois enviados a aquello que
usando palabras del Papa Francisco podríamos definir las periferias
existenciales de nuestras ciudades para anunciar que: "ninguno está excluido de
la esperanza de la vida, del amor de Dios. La Iglesia es enviada a despertar
por todas partes esta esperanza, especialmente donde está
ahogada por condiciones existenciales difíciles, en ocasiones deshumanas, donde la esperanza
no respira, ahoga. Necesita del oxigeno del Evangelio, del soplo del Espíritu de
Cristo resucitado, que la encienda de nuevo en los corazones. La Iglesia es la casa en la que las
puertas están siempre abiertas no sólopara que cada uno pueda encontrar acogida y respirar
amor y esperanza, sino también para que nosotros podamos salir a llevar este amor y esta
esperanza" (Papa Francisco, 14 de octubre de 2013, Plenaria del Pontificio Consejo para
la promoción de la nueva evangelización).
Confiamos
a María, Estrella del Mar, los trabajos de estos próximos días. Pidamos
al Señor que envíe su Espíritu para iluminar nuestras reflexiones y
discusiones, de modo que toda decisión tomada sea en beneficio de los
marineros, de los pescadores y de sus familias.
¡Buen trabajo!
Antonio María Card. Veglió
Presidente
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