sábado, 7 de diciembre de 2013

Asamblea Nacional Apostolado del Mar en Huelva

Mensaje
para la XXV Asamblea Nacional
del Apostolado del Mar de España
Diócesis de Huelva, 23 - 26 octubre 2013



Excelencias Reverendísimas,


Estimados miembros del Apostolado del Mar (AM) español,


     Por medio de mis representantes, el padre Bruno Ciceri y la señora Antonella Fariña, deseo haceros llegar mis más calurosos saludos. Hubiera querido estar entre vosotros para compartir estos días de reflexión, pero compromisos improrrogables me retienen en Roma.
     Deseo que vuestro estar juntos refuerce vuestra dedicación y compromiso a favor de la gente del mar. Espero que vuestra reflexión común pueda trazar "la ruta" futura para el AM de vuestro país, y que este mensaje mío sea signo de comunión y de la unión de ideas e intenciones con todos los otros AM dispersos por el mondo.
Nuestra historia
     La solicitud por la gente del mar por parte de la Iglesia siempre ha existido. En el siglo XIX encontramos informaciones respecto a diversas organizaciones católicas que ofrecían asistencia en algunos puertos de Estados Unidos, Irlanda e Inglaterra, mientras que en Italia los misioneros del obispo de Piacenza, Mons. Juan Bautista Scalabrini, acompañaban los miles de emigrantes que buscaban un futuro mejor en el norte y en el sur de América, embarcándose con ellos y asistiéndolos durante la travesía.
     Pero no fue hasta octubre de 1920 que Peter F. Anson, un converso de la Iglesia Anglicana, Arthur Gannon y el Hno. Daniel Shields S.J., inspirándose en el Apostolado de la Oración, dieron vida a la organización del Apostolado del Mar para "mostrar a Cristo a aquellos que navegan a bordo de las naves, y que trabajan en aguas profundas, con el objetivo de llevarlos a un mayor conocimiento de Cristo y de su Iglesia". El logotipo era el mismo que nosotros todavía usamos actualmente, después de más de noventa años: un ancla entrelazada con un salvavidas y con el Sagrado Corazón de Jesús en el centro.
      Dos años más tarde fueron presentadas a la Santa Sede para su aprobación oficial las Constituciones en las que se establece el objetivo de este neonato Apostolado, el "promover el desarrollo espiritual, moral y social de los marinos". El 17 de abril de 1922, el Papa Pío XI, con una carta firmada por el entonces Secretario de Estado, el cardenal Gasparri, manifiesta su aprobación y aliento con la certeza de que una empresa tal noble se extendería a lo largo de las costas de los dos hemisferios.
      En 1942 Pío XII pone el Apostolado del Mar bajo la alta dirección de la Sagrada Congregación Consistorial mientras que en 1953 el Secretariado Internacional que coordinaba las actividades del Apostolado fue transferido de Londres a Roma. En 1958 fueron promulgadas las nuevas leyes y Constituciones del Apostolado del Mar y en el 1988, con la Constitución apostólica Pastor Bonus, se establece que el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes "fomenta [...] en las mismas Iglesias la solicitud pastoral en favor de los marinos, tanto en el mar como en los puertos, sobre todo por medio de la Obra del Apostolado del Mar, cuya alta dirección ejerce" (art. 150 § 2).
      Finalmente el beato Juan Pablo II, con la Carta apostólica en forma de Motu Proprio Stella Maris, actualiza las normas establecidas por el Papa Pablo VI en 1970, de modo que este Apostolado pueda responder de forma adecuada a las nuevas exigencias para una pastoral específica en el mundo marítimo.
El mundo marítimo hoy

      El advenimiento del sistema económico globalizado ha provocado profundos cambios en el mundo marítimo. Las tripulaciones algunas veces reducidas en número y de diferentes nacionalidades se ven obligadas a asumir trabajo adicional y corren el riesgo de ser penalizadas en caso de accidente, por no hablar de la explotación, el impago de los salarios, el abandono de los barcos y la piratería. Con el fin de acoger naves cada vez más grandes (cada uno de los tres últimos barcos de la Maerks puede llevar 18.270 contenedores y el Allure ofthe Seas tiene capacidad para unos 6.300 pasajeros y una tripulación de unos 2.400), los terminales se construyen lejos de la ciudad y la alta tecnología de carga y descarga ha acortado la permanencia en el puerto, agravada después del 11 de septiembre por el protocolo de seguridad (ISPS), que hace que sea cada vez más difícil el acceso al puerto y el contacto con los marineros.
El Apostolado del Mar hoy
     Una pregunta simple y complicada, fácil y difícil de responder al mismo tiempo. Si sólo miramos hacia atrás, al Congreso mundial que se celebró en elVaticano en noviembre del año pasado, podemos decir que se trata de un Apostolado vivo y actual, de dimensiones universales, como han representado los más de 420 delegados de unos 70 países de todo el mundo. Pero si después miramos con atención en los distintos países, encontramos realidades constituidas por pequeños grupos de voluntarios que trabajan a menudo enfrentándose no sólo con grandes dificultades de tipo económico, sino también estructurales de relación con las diversas autoridades en el puerto, de acceso a la zona portuaria y de contacto directo con los marineros.
     Como en los inicios del Apostolado, nuestros capellanes y voluntarios siguen desarrollando el mismo trabajo. La visita a los barcos es una herramienta esencial para entrar en contacto con los marineros, y para conocer sus necesidades materiales y espirituales. La acogida en los Centros les ofrece "un hogar lejos del hogar", la posibilidad de ponerse en contacto con sus seres queridos así como un lugar tranquilo para rezar a su Dios.
     En cada país, el Obispo promotor y del Director nacional tienen el compromiso de "promover la Obra del Apostolado del Mar" sensibilizando a los obispos de las diócesis así llamadas "marítimas" para que amplíen los límites de las parroquias, hasta llegar a incluir a los trabajadores del puerto y a los marineros. Los párrocos deben educar a los fieles a ampliar sus corazones para acogerles y hacer visible, a través de ellos, el amor de Cristo y la preocupación de la Iglesia por su situación. Los capellanes y voluntarios no actúan individualmente, sino en comunión con la Iglesia que los envía a ser signo vivo de su presencia.
El futuro del mundo marítimo
     En los próximos años las rutas navales, condicionadas por diversos factores, seguirán mutando y marcarán, en muchos países, el desarrollo o el abandono de determinados puertos. La conclusión del desdoblamiento del canal de Panamá, prevista para el próximo año, facilitará el paso de las Panamax entre los dos océanos, pero también tendrá que competir con el paso del noroeste que, por el deshielo provocado a causa del calentamiento global, se está convirtiendo en una ruta cada vez más accesible, y ciertamente más breve, entre Europa y el Lejano Oriente. La piratería "globalizada" en todas las regiones del mundo limitará el uso de ciertas rutas. La situación de los países africanos políticamente inestables que bordean el Mediterráneo llevará a encontrar nuevas vías de travesía. Asia, y especialmente China, seguirá siendo el centro neurálgico de producción de bienes de consumo que deben ser exportados a todo el mundo. La mayoría de las tripulaciones seguirán proviniendo de los países en vías de desarrollo y muchos barcos seguirán siendo registrados bajo banderas de conveniencia.
     Nosotros, como Apostolado del Mar, valoramos la entrada en vigor, el pasado 23 de agosto, del Convenio sobre el trabajo marítimo 2006, que ofrecenuevas perspectivas para una mejora estructural de las condiciones de trabajo y de vida a bordo de las naves. Somos conscientes de que será necesario mucho compromiso por parte de los países signatarios para aplicar los principios establecidos en la Convención. Junto con otras organizaciones que están involucradas en el bienestar de los marítimos, debemos estar vigilantes y atentos a su aplicación práctica.
El futuro de la pastoral marítima
     Observando la realidad de la Iglesia actual y teniendo en cuenta que el número de sacerdotes y consagrados que participan directamente en el AM está en decadencia es necesario pensar en formas diversas de dar continuidad al Apostolado. Reconociendo y redescubriendo el papel fundamental desempeñado por los laicos en el desarrollo de esta pastoral debemos involucrar a un mayor número de laicos dotados de cualificaciones específicas (médicos, administradores, abogados, asesores, conductores, etc.) que con generosidad y compromiso se dediquen a este ministerio. A los sacerdotes se reserva la tarea, con la ayuda del Manual para capellanes y agentes pastorales del Apostolado del Mar, de educar, formar y apoyar espiritualmente a estas personas y proveer el ministerio sacramental a bordo cuando sea solicitado.
     Ya que nuestro futuro lo construimos hoy debemos comenzar a mirar hacia adelante. Sea como AM Internacional que como AM de España aparece improrrogable realizar una planificación global y concreta del desarrollo del AM para los próximos años. La apertura y el cierre de centros en España no puede ser dictaminados sólo por la disponibilidad financiera, por la buena voluntad de la gente, sino que deberán ser coordinados y desarrollados a nivel nacional, teniendo en cuenta las decisiones políticas y económicas de desarrollo marítimo realizadas por vuestro gobierno.
     Es necesario, por tanto, empezar a preguntarnos ahora: ¿cuáles serán los puertos que se desarrollarán y cuáles los que serán cerrados?, ¿dónde debemos concentrar nuestros esfuerzos para asegurar servicios adecuados a los marineros de los barcos que atracarán en los puertos españoles?, ¿dónde es necesario invertir en términos de instalaciones y de personas para no encontrarnos desprevenidos y separados de nuevos desarrollos portuarios?
Soy consciente que para hacer esto es indispensable colaborar con todas las autoridades competentes en los puertos de modo que hagan todo lo posible para facilitar cuanto se indica en la regla 4.4 del Convenio: asegurar que la gente de mar empleada a bordo de buques tenga acceso a instalaciones y servicios en tierra que protejan su salud y su bienestar,
Los pescadores
     Concluyendo este mensaje, no puedo olvidar a los pescadores, quienes a menudo son llamados "los marineros olvidados". Las larguísimas horas de trabajo, el esfuerzo, los peligros del mar hacen su trabajo y su vida arriesgada y problemática. La imposición de cuotas por parte de la Comunidad Europea, el alto costo del combustible, la explotación salvaje de los recursos pesqueros, la contaminación y la pesca ilegal representan una amenaza para la subsistencia de muchas familias.
     Dentro del AM, muchos de nuestros capellanes y voluntarios comparten los problemas y las dificultades cotidianas de las familias de los pescadores que por su estilo de vida requieren una asistencia y un acompañamiento especial.
Lamentablemente tenemos que reconocer, aunque realmente hacemos mucho a nivel práctico y a pesar de que existe el Comité Internacional de la Pesca (organizado hace más de diez años bajo los auspicios del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes), que todavía no hemos conseguido destacar en este sector.
      El mundo de los pescadores está fragmentado y cada continente presenta problemas diferentes entre sí, aunque parcialmente similares. Sólo con la creación de una red de Centros AM directamente implicados en la atención pastoral de los pescadores y de sus familias, se podría desarrollar una estrategia común para reunir datos y estadísticas importantes para apoyar su causa.
     Algo ya se puede comenzar a hacer. Ahora que el Convenio sobre el trabajo marítimo ha entrado en vigor deberían comenzar a concentrarse nuestros esfuerzos con el fin de sensibilizar y presionar a los diversos gobiernos a ratificar también el Convenio 188 de la OIT como una herramienta para la promoción del "trabajo digno" en el sector de la pesca. Sólo con la entrada en vigor de este Convenio será posible, en todo el mundo y en el Mediterráneo en particular, garantizar el respeto de los derechos mínimos a nivel económico, social y de seguridad a todos los trabajadores de la pesca y garantizarles unas condiciones de trabajo sostenibles.
Conclusión
     Concluyendo deseo agradecer a cada uno de vosotros y a todos los capellanes y voluntarios del AM español. La misión que desarrolláis es sumamente importante. No sentiros nunca solos. Sois parte de un gran Apostolado y sois enviados a aquello que usando palabras del Papa Francisco podríamos definir las periferias existenciales de nuestras ciudades para anunciar que: "ninguno está excluido de la esperanza de la vida, del amor de Dios. La Iglesia es enviada a despertar por todas partes esta esperanza, especialmente donde está ahogada por condiciones existenciales difíciles, en ocasiones deshumanas, donde la esperanza no respira, ahoga. Necesita del oxigeno del Evangelio, del soplo del Espíritu de Cristo resucitado, que la encienda de nuevo en los corazones. La Iglesia es la casa en la que las puertas están siempre abiertas no sólopara que cada uno pueda encontrar acogida y respirar amor y esperanza, sino también para que nosotros podamos salir a llevar este amor y esta esperanza" (Papa Francisco, 14 de octubre de 2013, Plenaria del Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización).
       Confiamos a María, Estrella del Mar, los trabajos de estos próximos días. Pidamos al Señor que envíe su Espíritu para iluminar nuestras reflexiones y discusiones, de modo que toda decisión tomada sea en beneficio de los marineros, de los pescadores y de sus familias.
¡Buen trabajo!

Antonio María Card. Veglió
Presidente

 



 


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