LA APUESTA DE LA OMI POR EL CÓDIGO DE DJIBUTI
Ante el creciente
problema de la piratería desatada en las costas de Somalia y el golfo de Adén y
frente a quienes propugnaban soluciones de fuerza de dudosa legalidad y
cuestionable eficacia, la mayoría de los directivos de la OMI optaron por vías
de solución políticas y diplomáticas. Unas vías que ya habían dado buenos
resultados contra la piratería de los estrechos malayos.
Como es sabido, al final se aplicó en Somalia
la doble vía de la fuerza, creación de la Operación Atalanta, y la vía de la
política impulsada por la OMI. En esta segunda vía, el jalón fundamental fue la
firma, el 29 de enero de 2009, del conocido como Código de Conducta de Djibuti,
Code of Conduct concerning
the Repression of Piracy and Armed Robbery against Ships in the Western Indian
Ocean and the Gulf of Aden (Djibouti
Code of Conduct), un tratado internacional puesto a la firma de 21
países de la zona y que en estos momentos ya ha conseguido la firma de 20, el
último Mozambique, que estampó su firma en julio del pasado año, de modo que
los signatarios son en la actualidad: Comores, Djibouti, Egipto, Eritrea,
Etiopia, Jordania, Kenya, Madagascar, Maldives, Islas Mauricio, Oman, Arabia
Saudí, Seychelles, Somalia, Sudáfrica, Sudan, Emiratos Árabes Unidos,
Tanzania, Yemen y Mozambique.
• La investigación, arresto y persecución de
aquellas personas con suficientes indicios de haber cometido actos de pirateria
y asalto armado de buques y embarcaciones, incluyendo a quienes les incitan o
facilitan los medios para cometer tales actos.;
• La prohibición y requisa de los barcos
sospechosos y de sus pertrechos;
• El rescate de barcos, personas y bienes en
poder de piratas, y tratar adecuadamente y repatriar a los marinos, pescadores
y cualquier persona que haya sido capturada en un barco, particularmente
a aquellos que hayan sufrido agresiones; y
• Participar en operaciones conjuntas con
otros paises firmantes y con navíos de paises terceros.
A eso hay que añadir el compromiso de los
signatarios en compartir toda la información de que dispongan a través de una
red regional dirigida por la OMI, con tres centros establecidos en la capital
de Yemen , en Mombasa y en Dar es Salames. La información compartida se
transmitirá a las fuerzas navales que luchan contra la piratería en la región y
a la sede en Singapur del Acuerdo de Cooperación Regional para combatir la
piratería y el asalto armado de barcos en Asia (Regional Cooperation Agreement on Combating Piracy and
Armed Robbery against Ships in Asia, ReCAAP).
En estos casi cinco años desde la firma del
Código de Djibuti, la OMI ha llevado a cabo diversas reuniones con los países
firmantes y está encima de la mesa la propuesta de crear en Djibuti un centro
de formación sobre el tratado, su aplicación y las mejoras posibles del mismo. NAUCHERglobal,
Ricardo Enebros 26/12/2013
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