Caritas Internationalis
CAMPAÑA
MUNDIAL CONTRA EL HAMBRE
Las 164 organizaciones miembros de Caritas Internationalis,
que trabajan en más de 200 países y territorios han acordado lanzar una Campaña
mundial contra el Hambre, con el lema "una sola familia humana, alimentos
para todos".
La campaña nace de una convicción: en el
mundo existen alimentos para todos y, a pesar de ello, una persona de cada ocho
no come todos los días lo necesario.
Esta campaña se inicia el próximo martes 10 de diciembre, aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con un gesto del Papa Francisco y la invitación a que todos nos unamos al mediodía de esa jornada en un momento de oración. La Diócesis Nivariense también secundará esta campaña.
Esta campaña se inicia el próximo martes 10 de diciembre, aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con un gesto del Papa Francisco y la invitación a que todos nos unamos al mediodía de esa jornada en un momento de oración. La Diócesis Nivariense también secundará esta campaña.
El presidente de Caritas Internationalis,
Cardenal Óscar Rodríguez Madariaga, se hace de la exhortación del Beato Juan
Pablo II con ocasión del Jubileo del año dos mil : “Es, dijo, la hora de una
nueva imaginación de la caridad’ que se pondría de manifiesto no sólo mediante
los auxilios repartidos con la mayor eficacia sino también en la capacidad de
volverse prójimo, de solidarizarse con quienes sufren de forma que el gesto se
sienta no como una limosna sino como un reparto fraterno. Para ello debe mos
obrar de suerte que, en todas las comunidades, los pobres se sientan ‘en su
casa’. ¿No sería este estilo sino la presentación más grande y eficaz de la
buena nueva del Reino?” (Novo
Millenio Ineunte, n.50)
Compartir nuestro pan con el hambriento
es un llamado del mismo Señor, que nos dice "tuve hambre y me diste de
comer", indicándonos que es a él mismo a quien entregamos el alimento
cuando se lo damos a uno de sus "hermanos más pequeños".
Compartir nuestro pan, dar de nuestros
bienes, pasa muchas veces por un camino de conversión: abrir los ojos, mirar a
nuestro alrededor, descubrir a Cristo en el hermano pobre y auxiliarlo.
El Cardenal Madariaga nos recuerda la
fuerza de la oración para suscitar la necesaria conversión, empezando por la
oración en la que Jesús nos enseñó a pedir el pan cotidiano: "El Señor nos
ha enseñado a orar para pedir nuestro pan de cada día. Esta oración, si es
verdadera, debe impulsarnos a compartir nuestro pan y a no seguir tolerando más
que las personas que nos rodean se vean privadas de alimento. La oración cristiana
no es una forma ordinaria de evasión. Orar no es repetir palabras, no es
necesariamente quedarse en éxtasis, tener visiones o revelaciones
extraordinarias. Orar es ponerse a la altura de Dios, es acostumbrarse a hacer
su voluntad pidiéndole que “haga fructífero el trabajo de nuestras manos” cf.
Sal. 90. La oración cristiana no soporta la ociosidad, al contrario: “el que no
trabaje que no coma” (2 Tesalon. 3,10). En verdad, rogar a Dios es prestar
atención al hambre de todos los hombres y todas las mujeres de nuestro tiempo:
hambre de pan, pero también hambre de justicia y dignidad para todos."
Esta es la oración propuesta para que
recemos el martes 10 de diciembre, día de lanzamiento de la campaña... y
recordemos que es sólo el comienzo.
Señor, que nos confiaste los frutos de la creación
para que cuidáramos la tierra y nos nutriéramos de tu generosidad.
Nos enviaste a tu Hijo para compartir con nosotros su vida,
su propia carne y sangre y a enseñarnos tu mandamiento de Amor.
A través de su muerte y resurrección nos has formado en una sola familia humana.
Jesús mostró una gran preocupación por aquellos que no tenían qué comer.
Incluso transformó cinco hogazas de pan y dos pescados
en un banquete que alimentó a cinco mil y más.
Venimos ante ti, conscientes de nuestros errores y fracasos,
pero llenos de esperanza, a compartir el alimento
con todos los miembros de esta familia mundial.
A través de tu sabiduría, te pedimos que inspires
a los líderes de los gobiernos y a los empresarios,
así como a todos los ciudadanos del mundo,
a encontrar soluciones de caridad para finalizar la hambruna mundial
y asegurar el derecho de todo ser humano al alimento.
Así oramos, para que en el momento de presentarnos ante Ti,
podamos proclamarnos como parte de
"Una sola Familia Humana" con "Alimentos para Todos".
Amén.
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