HOMENAJE A JOSEBA BEOBIDE.
CLERO
A BORDO
Capitán Jose Pino.
Capitán Jose Pino.
Todos los domingos, como una premisa omnipresente, pedimos en las preces por las vocaciones sacerdotales. Ni siquiera la crisis empuja al trabajo más demandado y con mayor índice de ocupación, hace falta algo más que ganas de trabajar. Esto por supuesto no siempre fue así. Cuenta la antropóloga Rosa García-Orellán en su libro “El patrón de pesca y el bacalao” que en 1954 Ondarroa tenía para una población de diez mil personas, diecisiete curas. Sólo desde ésta perspectiva se comprende el embarque de sacerdotes en pesqueros de gran altura en la década de los cincuenta y sesenta, una nueva consideración de acercamiento al individuo y forma directa de evangelización donde el culto brilla por su ausencia.
José Pino |
Son los
bous de la PYSBE, en la década de los cincuenta, los primeros barcos que, con
tripulaciones de ochenta hombres, aceptarán el embarque de los hombres de Dios,
se considera que no solamente harán labor pastoral, sino que mantendrán la
moral de la tropa haciendo función psicológica en ausencias prolongadas como
las que sufren. Lo que no contaban los armadores es que los curas se volvieran
los primeros defensores de las duras condiciones que soportan los marineros,
incidiendo en la exigencia de los contratos firmados, por ejemplo, algo que a
principios de los sesenta aún no existía.
El primer sacerdote en llegar a Terranova, en 1950, a bordo de un bacaladero es Xabier Eskibel, capellán del Apostolado del Mar de Vigo. Debido a la escasez de medios asistenciales en el puerto de Saint Pierre, utilizado por la flota española, se decide poner en marcha un Stella Maris, para su funcionamiento inicial desembarca en Terranova el capellán del puerto de Santander, Guillermo Altuna, que contará con la ayuda de la iglesia local. Estando ya en funcionamiento llega el capellán de Pasajes, Alberto Gárate, y a comienzos de los sesenta, cuando la flota española está compuesta por más de cuatro mil hombres, se hace cargo Javier Sánchez Erauskin. Harán labores de intérprete, agente y consignatario, serán los encargados del contacto y atención con el hospital local, harán de correo con la península y por supuesto serán los pastores de una iglesia con más entierros en Terranova de los deseados.
En éstos años, el célebre párroco de
Pasajes, don Serafín Esnaola, y desde la parroquia de Trintxerpe, propondrá al
Apostolado del Mar que durante las Navidades se celebre un Día del Marino. El
primero se celebra en 1963, con misa al mediodía y a continuación una Asamblea
donde los marineros exponían sus múltiples necesidades (Rosa García-Orellán
“Hombres de Terranova”). En 1965 se consigue que el ISM establezca un centro
asistencial con médico y material, evolucionando con enfermera y monitora
social, que durará hasta 1998, siempre bajo los mandos principalmente de los
doctores José Luis Alarcos y José Luis Moreira.
El sucesor de Xabier Erauskin como capellán
en Terranova, primero en Saint John durante los setenta y más tarde en Saint
Pierre desde 1982, será el párroco Joseba Beobide, un zumaiarra nacido en 1937
que dará un gran impulso al desarrollo de la cuota asistencial a la gente del
mar en Terranova. Beobide se ordena en 1962 y su primer destino será Pasajes de
San Juan, puerto desde donde tomará contacto con el mar, curiosamente procede
del medio rural vasco. Un año más tarde será nombrado capellán de los
bacaladeros de la PYSBE, aunque su llegada a Terranova se produce a bordo de la
pareja “Gure Ama”-“Antiguakoa”.
José Pino y Joseba Beobide |
Recorre todos los estamentos en proceso
de formación y conocimiento del medio, se mantendrá embarcado desde 1966 hasta
1974, aunque la denuncia y defensa de la marinería le supondrá la prohibición
de embarcarse durante 1968 como represalia del sector de armadores. Beobide es
un hombre de profundo sentido social y de ideología extrema, nacionalista
confeso y de una pléyade de seminaristas al que acusarían de radicales en sus
teorías, toda esta mezcla harán de él un hombre muy entregado para con la
defensa del personal embarcado, enfrentado continuamente por la defensa de la
dignidad humana de los integrantes de una flota alejada, con condiciones de
trabajo infrahumana y explotada, llegará incluso a crear un panfleto editado
con el nombre de “Platuxa” donde llevará al papel todas las exigencias que
recoge de los marineros, sus anhelos y preocupaciones, y sobre todo sus
reivindicaciones.
Recuerdo que al llegar, le fue presentado
el actual vicario, don Antonio Rodríguez Basanta, se le quedó mirando fijamente
y le soltó “tiene usted cara de obispo”, de momento no acertó. Viajaba como lo
hacía siempre, en una furgoneta con una bicicleta en su parte trasera. Los
viejos bacaladeros cuentan que en Terranova nunca habían visto una bicicleta de
carreras hasta que Joseba la introdujo en la zona como compañera inseparable. Se
decía de él que era un hombre culto, hablaba varios idiomas y tocaba el piano.
Su última actuación en Canadá fue servir de intérprete durante el apresamiento
de la pareja coruñesa de Pesquera Correa, “Julio Molina” y “Amelia Meirama” en
1985, y a la que hubo que interceptar cerca de Azores tras una persecución de
varios días, “bien hecho” diría Beobide, “no escapar sería reconocer la
culpabilidad”.
Enemigo de las autoridades canadienses y
conocido de toda la región de Terranova como defensor de los españoles, ningún
año dejaba de volver a su tierra “para no perder el arraigo de lo vasco”. Desde
1990 ocupa el cargo de Director Nacional del Apostolado del Mar y vive como una
enorme derrota la ampliación de las doscientas millas de aguas jurisdiccionales
que hace desaparecer la riqueza de una pesquería, la del bacalao, que tanto
bienestar supone, sobre todo para las zonas gallegas y vascas, y que representa
durante tres décadas para los pueblos del litoral cantábrico “la fiebre del
oro”.
En el 2000 le nombran capellán del Stella
Maris de Santurzi (Vizcaya), celebra sus bodas de oro sacerdotales en mayo del
pasado año en un acto presidido por el obispo de San Sebastián, José Ignacio
Munilla, y con la presencia del emérito, don José María Setién.
El sábado 14 de diciembre de 2013 le será
tributado el homenaje que la gente del mar le debe, y al que, organizado por la
AETINAPE, se ha hecho acreedor. Es posible que le llegue demasiado tarde,
Beobide se encuentra ingresado en una residencia de la Iglesia en medio del Bilbao
antiguo, en pleno barrio de Begoña, fondeado a causa de una salud delicada y
viendo pasar un tiempo, desarbolado de unos principios y valores por los que
luchó, por la presencia de un mar sin barcos, de una profesión prácticamente
perdida y de la que fue arriesgado defensor. Joseba Beobide representa el auge
y la caída de una pesquería mítica, vive el desarrollismo vasco desde el otro
lado de Pasajes, desde los Grandes Bancos, contribuye con su trabajo a la
modernización de los estándares de vida del marino y es testigo directo de su
ocaso.
Su vida va asociada directamente a la
pesca del bacalao y su historia. Por respeto hacia un hombre que lo dio todo
por los pescadores, no faltaremos …
“Cuando se habla de pesca y de barcos no hay que olvidar que el centro de todo esto es el hombre. Hay que devolver al hombre de mar su sentido de ser, su orgullo y su dignidad” J.B.
“Cuando se habla de pesca y de barcos no hay que olvidar que el centro de todo esto es el hombre. Hay que devolver al hombre de mar su sentido de ser, su orgullo y su dignidad” J.B.
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