Arzobispo maronita: 'Los niños sirios envidian el establo donde nació
Jesús'
Mons. Samir Nassar,
en su mensaje sobre la Navidad: 'El extenuante conflicto hace aún más fuerte la
oración de los cristianos frente al pesebre: Señor escúchanos!''
Madrid, 17
de diciembre de 2013
“En Siria al Niño Jesús no le faltan
compañeros: miles de niños que han perdido sus casas viven bajo tiendas pobres
como el establo de Belén”. Con estas palabras en su mensaje de Navidad, el
arzobispo maronita de Damasco, Mons. Samir Nassar, ha descrito las condiciones
en las que vive la infancia siria en este tiempo antes de la Navidad.
En
este mensaje conmovedor, difundido por la agencia Fides, el arzobispo maronita
ha expresado con imágenes fuertes los sentimientos compartidos por muchos
cristianos sirios al acercarse otra Navidad en guerra. Así, Mons. Nassar ha
señalado que “la infancia de Siria, abandonada y marcada por escenas de
violencia, sueña con estar en el lugar de Jesús, que siempre tiene con él a sus
padres que lo abrazan y acarician (...). Algunos envidian al Niño divino que ha
encontrado un establo para nacer y refugiarse, mientras que entre estos niños
desafortunados está quién ha nacido bajo las bombas o a lo largo del camino de
la fuga”.
Y
María, ha insistido el arzobispo, “ya no está sola en sus dificultades: muchas
madres infelices y desafortunadas viven en la pobreza extrema y cargan con
todas las responsabilidades de la familia ellas solas, sin sus maridos... La
presencia tranquilizadora de José en la Sagrada Familia despierta una especie
de envidia entre las miles de familias privadas de un papá. Una ausencia que
alimenta el miedo, la angustia y la inquietud”.
En
el estado maltrecho del pueblo sirio, ha escrito Mons. Nassar, no parece haber
lugar para la promesa de la paz y la alegría que comporta la Navidad: “El
infernal ruido de la guerra ahoga el Gloria de los Ángeles. La sinfonía de la
Navidad para la paz cae frente al odio y la crueldad atroz”.
El
arzobispo maronita de Damasco ha concluido su mensaje asegurando que, sin
embargo, precisamente “el extenuante prolongarse del conflicto, que ya ha
superado los mil días, hace aún más fuerte el grito de oración y esperanza de
los cristianos frente al pesebre: '¡Señor, escúchanos!'”.
Buen artículo!
ResponderEliminarCirugía Ortognática