jueves, 16 de febrero de 2017

Creemos en la resurreción de los muertos



Pedro en el Paraíso
  Domingo 29 de Enero de 2017
     Hospedado en las siervas del Corazón de Jesús, estaba completando una reflexión titulada “el Mar camino de la libertad”, que había iniciado hace tiempo y archivado en el portátil  que traje conmigo a Madrid. Me llama en ese momento Miguel Angel Arias Vilar  comunicándome  la noticia del fallecimiento de Pedro Rodríguez,  de cuerpo presente en  el tanatorio de Santa Lastenia .Me conmovió la noticia pues además de la amistad que nos unía,  recientemente le habíamos hecho una entrevista en la radio a él y su esposa Julia  en el programa STELLA MARIS  Sentí la impotencia de la lejanía
       Inmediatamente me puse en contacto con el P. Francisco con el fin de que me facilitara el tfno. de Julia .En ese momento él  conducía y llegaba a los Realejos  Me dejó el tfno. de Andrés, un trabajador del tanatorio que podía ayudarme  a contactar con Julia, la esposa de Pedro. Le pedí también el tfno de D. Bernardo, el Obispo,  pues entendía que debería de comunicarle el hecho, tratándose de un hombre que había servido a la iglesia  durante mucho años y que fuera uno de los cuatro que D. Felipe, el obispo anterior, había elegido para poner en marcha el AM en la Diócesis .
     Pude contactar con Julia y conocer algo de lo que había ocurrido; todo ello en medio  del llanto contenido por parte de ambos  Me refería que Pedro compartía su esperanza de verles en el paraíso; de cómo habían celebrado la unción de enfermos, de su paz, de su acción de gracias por la vida y la familia( era una constante en sus manifestaciones)  de los momentos intensos vividos por  la familia en  su rápida partida .
      Poco después, camino de la iglesia de Sta María Magdalena (la había localizado aquella tarde en una calle próxima al centro en el  que me alojaba) para la celebración de la eucaristía del domingo, escuché la llamada de D. Bernardo ,el Obispo, contestando a las que le había hecho antes, sin resultado. Sin contener la emoción  le compartía  el fallecimiento de Pedro, pidiendo  con balbuceos su oración para el amigo. No te emociones, me decía , tal era mi aflicción    
      Ya en la iglesia me acerqué al párroco para comunicarle la muerte del voluntario del AM,  compartiendo lo que Julia me había referido sobre lo que había dicho  acerca de su partida al  paraíso. Fran, el sacerdote, como supe después que se llamaba, manifestó su admiración por una confianza semejante. Pedro tenía la certeza del amor y la misericordia de Dios que le abrirían las puertas del cielo, de ahí, quizá, ese estado de permanente acción de gracias .
     Hablé con Fran después de la eucaristía, abundando  información sobre Pedro, y el AM .Era la primera vez que oía hablar de ello, pero quedó la promesa de que los navegantes estarían en adelante en su oración. Pedro ya había hecho su primera faena .
      Después de verme con  Ramón, el Director nacional del AM,  que había llegado de Coruña  para la reunión del día siguiente, intenté, sin éxito, conectarme a internet para comunicar a la delegación y a otros delegados diocesanos sobre lo ocurrido a Pedro.
     Me acosté. Sobre la una  y cuarenta  de la madrugada me desperté. Como en alguna ocasión, aproveché para hacer un ratito de oración. A oscuras, en el silencio de la madrugada oraba de rodillas ,sin palabras, buscando su Presencia que la  significaba con la biblia abierta sobre la cama. Terminó el momento, la besé y la deposité así sobre la mesa de noche .
     Cuando sonó el despertador, encendí la luz y leí lo que el Señor quiso que escuchara: Juan 20, María Magdalena testigo de Jesús Resucitado lo que me invitaba a resonar  el acontecimiento que estábamos viviendo.
      Bajamos a la Capilla  para la eucaristía a las 7 30 de ese día 30 de febrero. El sacerdote  que presidía, acompañado de Ramón Caaamaño iniciaba la celebración  cantando “ alegre la mañana que nos habla de ti “…  en nombre de Dios Padre , del Hijo y del Espíritu salimos de la noche y estrenamos la aurora ; saludamos el gozo de la luz que nos llega resucitada y resucitadora. Solo cantó el estribillo pero ya conocía la estrofa que le seguía que  escuché y canté adentro   No podía elegir canto más apropiado recordando la lectura que el Señor me había ofrecido escuchar en la madrugada y que leí, como describo al iniciar la aurora
     La primera lectura  del día 30 hablaba de la  fe y la resurrección relatando hechos del antiguo testamento, lo que me resultaba  muy novedoso, por lo que al final de la eucaristía me acerqué al ambón para conocer de qué lectura se trataba. Hebreos (11,32-40) y entre sus versos recogía  … fueron valientes en la guerra, rechazaron ejércitos extranjeros; hubo mujeres que recobraron resucitados a sus maridos/ muertos.
 Pero otros fueron torturados hasta la muerte, rechazando el rescate, para obtener una resurrección mejor. 
     El Señor nos recordaba la resurrección  insistentemente ( experiencia personal de la  manifestación de la Misericordia de Dios ) en el acontecimiento de Pedro a quien el Señor le aseguraba que estaría  con El en el Paraíso.
     Ese mismo día volvería a Tenerife en la noche El martes en la mañana me llamaba Juan Antonio Rojas, Capitán  en Fred Olsen para presentarme por tfno. a una persona , marino mercante y estudiante de Trabajo Social a quien aseguraba que el AM podía ayudarle en el proyecto que pretendía para el final de carrera : estudiar el fenómeno de la exclusión en el ámbito marítimo. Puesto al tfno. me confirmaba su nombre al preguntárselo, Pedro  me dice, y yo Juan contesté, sin apenas  conocerle, y  seguí diciéndole  que Juan y Pedro, fueron los primeros, testigos de la Resurrección después de María Magdalena.. Ya te contaré de una experiencia  con otro Pedro, marinero del Hannet, continué diciéndole.  
      Seguimos hablando y  conocí su proyecto.  Le hice saber el enorme asombro que me producía, al coincidir con otro, que estábamos poniendo en marcha y  que le tocaba muy de cerca : la realización de las prácticas de los Trabajadores Sociales en el ámbito marítimo, que en el criterio de la facultad de TS tenía carácter innovador ( hacia algunos años que deseábamos poner en marcha este proyecto).
      Cuando, más tarde, queriendo saludar a Julia, hablaba con Pedro, el hijo de Pedro compartía lo reseñado anterior, y  el subrayaba admirado  el nombre  de Pedro evocando   evidentemente, a su padre .
      Si los muertos no resucitan vana es nuestra fe, diría S. Pablo  y la experiencia de Pedro nos ayuda a proclamar  que Cristo vive . Lo  relatado nos trae a la memoria las palabras del evangelio que nos recuerdan que al morir Jesús, mucho muertos se aparecieron a los suyos. El texto de Hebreos 11  que hemos reseñado  y la certeza  de la resurrección de los muertos, como recitamos en el credo,  nos traía a la memoria a Jesús que le promete a Dimas "En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso"  clara alusión a la presencia resucitada  de quienes han muerto en el Señor 
Juan Esteban

Aparecerán otras experiencias que iluminaran esta presencia del Señor en la historia del fallecimiento de Pedro, que como nos refiere Jesús en la resurrección seremos como ángeles  .El detalle de su fallecimiento en domingo también nos ayuda  a resonar  con fuerza la Resurrección de los muertos





   

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