Las
dos rosas
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Al
ver las dos rosas rojas sobre el fondo
blanco del ambón, constataban que permanecían abiertas, elevadas, con el color vivo y hasta con perfume
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Entendía
que con ellas queríamos alabar al Creador, a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo
·
Me
sugirió entender que esas sencillas
rosas permanecían en aquella actitud de
lozanía, de disponibilidad, de reverencia, de alabanza a pesar de que se les había cortado del tronco que les
daba vida
·
- Aprendía
con aquel gesto que mi actitud ante los demás , ante mi Dios,
tendría que ser de igual modo que el de las rosas, dejando asomar la alegría interior que genera su Presencia, a
pesar de que hubiera sufrido cualquier ofensa menor, pues aun afectando la pena
a mi vida, cualquier gesto de esa índole no llega a
atentar contra ella
·
- Pensé
que seguimos ofertando flores, fuegos artificiales, velas e incienso y
continuamos por otro lado con nuestras murmuraciones, criticas, condenas,
maledicencias, difamaciones, desprecios, envidias, rencores, silencios,
ofensas, ausencias, trampas, robos, mentiras, rupturas, insultos…Nuestros ojos
miran sin ver, el corazón no escucha y en el rostro mustio desaparece la
sonrisa
·
-En
nuestros encuentros, reuniones y
celebraciones seguimos ignorando el
nombre de quien está a nuestro lado y le llamamos sin embargo hermano
·
-Seguimos
ofreciendo como alabanza, las vidas de
las flores, en este caso, pero no nuestras vidas
·
Seguimos
cumpliendo la norma y olvidamos la acción de gracias… para celebrar
LA ACCION DE GRACIAS
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La
reflexión que sigue a la visión de las dos rosas rojas se produce como consecuencia, quizá del mantel
blanco que refuerza el verde de las
hojas y el rojo de los pétalos
·
El
hecho me hace entender que en ocasiones
necesitamos la referencia del otro o
lo otro para poder ver lo que permanecía oculto, estando a la vista
·
Cuántos
gestos y actitudes derramando amor se
producen a nuestro lado sin poder gozarnos
de la verdad que se nos regala, pues todo contiene una enseñanza capaz
de colmar nuestra sed de luz y permanecemos sin asomarnos a la fuente
·
Viendo
la naturaleza toda buscando para vivir la luz del sol, podríamos entender la
importancia de buscar la LUZ que puede saciar el ansia de felicidad que hambrea
nuestro espíritu
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Se
sacian nuestros apetitos todos y seguimos con hambre porque nuestra identidad
más profunda es el Alma, el espíritu de Dios en el hombre.
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Así
no advertimos como es la gratuidad, la
donación y la comunicación abierta, la
ley que rige el proceso de la vida generando equilibrio, avanzando en
perfección, apostando por la vida como razón primera, como nos lo enseña la célula que para dar la vida
se parte a si misma
·
Como
tampoco llegamos a entender que en
el proceso de evolución, donde la
perfección es una constante, la vida se
produce por el encuentro de lo distinto. ¡Cuántas guerras se han producido al no aceptar lo diferente!
· Tambien
al caminar por las calles alquitranadas o penetradas de cemento advertimos como
la vida sigue abriéndose camino, dispuesta
a germinar y crecer en medio de las
rocas, del cemento o el alquitrán
proclamando a voz en grito VIDA.
·
No
vemos en la ceguera/limitación de nuestras razones, como todo, todo, el
Universo mismo, parece estar en función del la Vida…Y nosotros vivimos sin
gozarla a pesar de experimentarla.
·
Y
no es solo el hecho biológico que tendría que ser motivo de asombro, sino
además la capacidad de Pensamiento de que está dotada
para definirla, valorarla,
admirarla, cantarla.
·
Y
hasta en los colores podemos encontrar el sentido
de fiesta que ha de tener nuestro
existir ( gracias a la luz) pues todo lo podemos percibir en los colores en que se manifiesta toda la naturaleza.
·
Nuestra
razón nos enseña que todo lo hecho por el hombre antes estuvo en su
pensamiento…Pero somos incapaces de
admitir el PENSAMIENTO
que generó el Universo , la Vida , el Hombre a imagen y semejanza del Creador.
·
Consumimos
nuestras vidas en la tarea investigadora
que busca señales del hombre
inteligente en los umbrales de la historia, admirándonos de sus logros a
partir de los útiles de trabajo para la caza o la agricultura y somos incapaces
de admitir la Inteligencia Creadora que
se manifiesta en todo lo creado ajustado a peso, número y medida como dice el Eclesiastés o como constata el
científico que descubre que los
fenómenos físicos se ajustan a fórmulas matemáticas.
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Sucede,
como entonces, que se cumple lo que El dijera que “viendo no ven y oyendo ni oyen
ni entienden”
J
PedroMar
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