María inspira oración, poesía y acción de gracias
María, madre
del Señor e hija de los pobres
(S. Efrén, siglo IV)
Bendita tú, María, hija de los pobres,
que has llegado a ser Madre del Señor de los reyes.
En tu seno habitó aquél
de cuya alabanza están llenos los cielos.
Bendito tu pecho que lo alimentó con amor,
tu boca que lo arrulló
¡Tú eres un carro para llevar un Dios de fuego!
Bendita tú, María, que eres
casa del rey.
En ti ha hecho su morada aquél que da el poder
a quien gobierna la tierra.
Tu origen es la tribu de Judá;
tu descendencia la familia de
David.
Ilustre es tu linaje.
¡Oh, tú, que permaneciendo
virgen,
fuiste la madre del Hijo de
David!
DIOS NO PUDO HACER MÁS CUANDO TE HIZO
Sol del más dichoso día,
vaso de Dios puro y fiel;
¡por ti pasó Dios, María!
¡Cuan pura el Señor te haría
para hacerte digna de Él!
¡Dios te salve, María Inmaculada,
de la gracia de Dios
favorecida,
y con todo el poder de Dios
creada,
y con todo el favor de Dios
henchida,
y con todo el amor de Dios
amada,
la sin pecado original
nacida,
la sin mácula Virgen
coronada!
Flor de flores, adorable
encanto,
gloria del mundo, celestial
hechizo...
¡Dios no pudo hacer más
cuando te hizo!
¡Yo no sé decir más cuando te
canto!
(Gabriel y Galán,
Inmaculada y a la definición
dogmática de la
Inmaculada.
Recordando también el centenario de la muerte del poeta: 6-1-1905)
Recordando también el centenario de la muerte del poeta: 6-1-1905)
Esclava y madre
S. Juan Damasceno
Germen divino de la tierra,
sede del fuego divino,
fuente de agua viva,
sarmiento vivo que llevaste
el racimo divino del que mana
el néctar y la ambrosía,
Río lleno de los aromas del Espíritu Santo,
tierra que produjiste la espiga
divina,
rosa espléndida de la virginidad
que exhala perfume de gracia.
(...)
Esclava y
Madre.
Esclava y
Madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario