Inaugurado el
XXIII Congreso Mundial del Apostolado del Mar
''Stella
Maris, luz de todo océano y Señora de las profundidades''
Por
H. Sergio Mora
El XXIII Congreso Mundial del Apostolado
del Mar que se realiza en Roma, inició hoy con una misa en la basílica de San
Pedro y durará hasta el viernes 23, cuando a mediodía los más de cuatrocientos
delegados tendrán una audiencia con Benedicto XVI en el Aula Pablo VI. El
cardenal Antonio María Veglió, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes
e Itinerantes, finalizó su discurso de apertura del evento con una invocación
del beato Juan Pablo II a Nuestra Señora del Mar, al finalizar la exhortación
apostólica Ecclesiain
Oceania: "Stella Maris, luz de todo océano y Señora de las
profundidades".
Organizado por el Pontificio Consejo
para la Pastoral
de los Emigrantes e Itinerantes tendrá por auditorio el Aula del Sínodo y
contempla un programa lleno de temáticas, iniciando con lanueva evangelización;
las relaciones con la industria marítima; el Apostolado del Mar al servicio de
los pescadores; el problema de la piratería y la necesidad de hacer escuchar la
voz de los marinos; el bienestar de los marinos que trabaja en el mundo de los
cruceros; la formación de marinos, capellanes y voluntarios para la nueva
evangelización, entre otros.
Problemáticas que además de las
exposiciones contarán con mesas redondas en las cuales participarán por
ejemplo, el presidente y gerente de Costa
Crociere, empresa en el ojo del ciclón tras el naufragio de su
crucero Concordia
en la Isla del
Giglio; el testimonio de una víctima de la piratería; y la intervención del
padre Gustavo Meneses, sacerdote diocesano de Puntarenas, Costa Rica.
“Es el mayor
Congreso Mundial jamás organizado en la historia del Apostolado del Mar” indicó
el cardenalAntonio Maria Veglió, presidente del Pontificio Consejo, que
precisó. “Están aquí reunidos más de cuatrocientos delegados procedentes de
setenta países, que aportan sus diferencias sociales, culturales y nacionales”.
Las estadísticas
indican que cada año aproximadamente 1,2 millones de trabajadores se encuentran
embarcados, de los cuales más del 60% no pueden bajar a tierra cuando la nave
está en el puerto.
Entre las dificultades sucede que por
motivos económicos hay "naves carretas" con personal a bordo que se
queda sin alimentos, agua y la posibilidad de retornar a sus hogares. La red
local del Apostolado del Mar, interviene en decenas de situaciones para
resolver concretamente estas formas de segregación.
Diversos fueron los congresos mundiales,
en Polonia 2007; Brasil 2002; Filipinas 1997; Estados Unidos, 1992; etc, si
bien el último celebrado en Roma fue en 1982. “Después de treinta años, hemos
optado por reunirnos una vez más en el Vaticano, porque queríamos regresar a
nuestras raíces y recordar el 90º aniversario de la aprobación de las primeras
Constituciones y la bendición de este nuevo Apostolado por parte de Pío XI”,
dijo.
Sobre el actual panorama relativo al
trabajo de las gentes del mar subrayó que “las nuevas y a menudo restrictivas
normas, y la crisis económica mundial” que “obligan al Apostolado del Mar a
evangelizar en condiciones bastante difíciles”, siendo de todos modos “terreno
fértil para la evangelización”.
“La evangelización de los trabajadores
del mar, de los pescadores y de sus familias no difiere de la de aquellos que
pertenecen a otras categorías sociales”, recordó, así como es necesario elegir
con cuidado los medios y los instrumentos teniendo en cuenta que “quienes
pertenecen al mundo del mar, ellos están más allá del alcance del cuidado
pastoral ordinario de la
Iglesia, porque están obligados a permanecer lejos de su
comunidad cristiana durante meses”.
“La Nueva Evangelización
y el Año de la Fe
--subrayó el purpurado- invitan a cada capellán y voluntario del Apostolado del
Mar a profundizar en su fe, a creer en el mensaje evangélico y a continuar
proclamando el Evangelio a aquellos que no lo conocen y avivar así esa 'mecha
humeante' con su testimonio cristiano”.
Y al concluir su palabras inaugurales el
cardenal invocó para el congreso “la luz y la protección de María, Estrella del Mar”,
proponiendo la oración del beato Juan Pablo II, con que se concluyó la
exhortación apostólica Ecclesiain
Oceania”. Recordó que la imagen de la Virgen Estrella
del Mar, realizada para esta ocasión por el pintor taiwanés Cheen Sheen, tiene
rasgos asiáticos.
CIUDADDEL VATICANO, lunes 19
noviembre 2012 (ZENIT.org).-
Permalink: http://www.zenit.org/article-43654?l
"Stella
Maris, luz de todo océano y Señora de las profundidades:/
guía
a los pueblos de Oceanía por todo mar oscuro y tempestuoso,/
para que arriben al puerto
de la paz y de la luz/preparado en Aquél que serenó las aguas./
Protege a todos tus hijos de todo mal,
porque altas son las olas y estamos lejos de casa./
Mientras nos aventuramos por los océanos del mundo/
y atravesamos los desiertos de nuestro tiempo,/
muéstranos, María, al Fruto de tu vientre,/
que sin el Hijo tuyo perecemos./
Ruega para que jamás desfallezcamos a lo largo del camino,/
para que en el corazón y en el ánimo, con palabras y hechos,/
los días de borrasca y los días de bonanza,/
podamos siempre dirigirnos a Cristo y decirle:/
«¿Quién será éste al que hasta el mar y el viento así obedecen?"
(Beato Juan Pablo II, Ecclesia in Oceania).
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